FOTO No. 1: Serpiente
sabanera (Atractus crassicaudatus), una de las especies que más se reporta en
Bogotá DC y que mayor temor despierta por su apariencia.
FOTO No. 2: Hermoso
ejemplar deBuho orejón (Rhynoptix clamator). Aves de hábitos nocturnos como está,
anidan en conjuntos residenciales e iglesias de la capital.
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BOGOTÁ
NO ES AJENA A LA PRESENCIA DE FAUNA SILVESTRE
Los momentos de angustia iniciaron
cuando Doña Justina percibió los gritos de los niños que jugaban cerca de su casa. Uno
de esos gritos pertenecía a su hija de 10 años de edad. El pánico se apoderó de la
señora al enterarse de la presencia de una peligrosa serpiente que pasó por el lado de
los niños; terror que igualmente se apoderó de los vecinos al ver el lustroso y
oscuro animal deslizándose entre la vegetación. Para ese instante, ya todos estaban
armados con palos y piedras para defenderse de aquel animal ponzoñoso.
A pesar de que esta escena pareciera
darse en una de nuestras biodiversas zonas veredales, realmente ocurrió en una zona verde
localizada dentro del mismo perímetro urbano de Bogotá.
Lejos de lo que pudiera creerse, es
alta la frecuencia de llamadas al DAMA en las que se reporta la presencia de fauna
silvestre dentro de la ciudad. Personas atemorizadas al observar animales
"exóticos" deambulando o colonizando sitios cercanos a sus hogares se comunican
a la entidad buscando una solución, que generalmente se espera sea la erradicación. La
mayoría de las personas piensa que la presencia de estos animales se debe a su
introducción premeditada a la ciudad y la relaciona con posibles ataques a la población,
tal como sucede en películas que desfiguran el comportamiento de los animales.
Es así como muchas de estas quejas
alertan sobre la presencia de serpientes, murciélagos, alacranes y aves rapaces. Sería
conveniente tener en cuenta que pese a que por su biología, hábitos propios y estado de
conservación, muchas especies son poco visibles en una urbe como Bogotá, existen
poblaciones naturales adaptadas a las condiciones de reducción de espacios naturales y
aumento en la contaminación ambiental, que se resisten a desaparecer dándonos una
lección de fortaleza y persistencia. También es cierto que es posible que estemos siendo
espectadores de la pérdida de las últimas especies silvestres urbanas en Bogotá, más
aún si al verlas pretendemos exterminarlas por considerarlas invasoras de nuestros
espacios, cuando la verdad es que el desmesurado crecimiento de la ciudad ha invadido las
áreas que por miles de años les habían pertenecido.
El crecimiento demográfico del que
hacen parte nuestras ciudades como fenómeno mundial, sumado a los problemas de orden
social, generan la necesidad de adecuar áreas destinadas a la vivienda de los nuevos
pobladores por lo que la urbanización aumenta, ocasionando la pérdida y fragmentación
de los hábitats y el consiguiente desplazamiento de la fauna de estas áreas.
En otro sentido, es importante
resaltar la importancia biológica que para la ciudad representa la presencia de humedales
como hábitat de especies pertenecientes a la fauna silvestre. Recuérdese que la Sabana
de Bogotá estuvo cubierta por un gran lago, que posteriormente dio origen a una cantidad
numerosa de espejos de agua conectados por quebradas a través de las cuales se realizaba
un importante intercambio de biota. Estos corredores se han reducido significativamente
por los procesos de desarrollo urbano que han fragmentado e interrupido todo este sistema
de interconexión.
Pensemos, entonces que Bogotá se
encuentra localizada sobre lo que de hecho fue una importante zona de poblamiento animal y
en la actualidad se encuentra rodeada de una importante red ecológica, por lo que la
presencia de fauna no debe ser considerada como un fenómeno anormal sino como un
Bio-indicador de la persistencia de ciertas condiciones favorables que permiten el
desarrollo de algunas poblaciones de animales silvestres que conviven con nosotros sin
causar ningún tipo de problema.
Es necesario aprender a convivir con
la fauna silvestre, sin atentar contra su integridad, no sólo por el respeto que se debe
a la vida animal, sino por los múltiples beneficios que estas especies reportan a la
población humana como parte activa de la cadena biológica de los ecosistemas (incluso
urbanos) y como estrategia del control biológico de plagas.
Dentro de Bogotá D.C., es posible
aún observar gran cantidad de especies silvestres, destacándose la entomofauna presente
que abarca especies pertenencientes a órdenes tan variados como los Coleópteros,
Himenópteros, Lepidópteros y Dípteros. Los artrópodos tienen una buena representación
en la ciudad, la cantidad de arácnidos es amplia e incluye representantes de la familia
Theraposidae, a la que pertenecen las tarántulas. Los alacranes y miriápodos también
son habitantes de la ciudad e incluyen los conocidos como cienpiés y a las escolopendras.
Renglón especial ocupan las aves de
Bogotá como passeriformes y rapaces de las cuales existe alguna literatura interesante y
los mamíferos como chuchas y murciélagos que aunque más escasos aún pueden observarse.
Finalmente, podemos encontrar un buen
número de reptiles y anfibios como ranas, pequeños lagartos y una especie de serpiente,
la culebra sabanera o tierrera (Atractus crassicaudatus), muy común en las zonas
verdes y húmedas de la ciudad, causante de ese pánico infundado.
No se le haga extraño ni utópico,
como lo creyeron doña Justina y sus vecinos, que se encuentre en algún momento con uno
de estos animales en su casa, jardín o áreas verdes cercanas a su vivienda ya que como
puede observar, la presencia de estas especies en zonas urbanas es tangible y como se
mencionó anteriormente, es necesario aprender a respetar la presencia de estos animales
en la ciudad. |