Función: inductor preclimácico tardiseral, codominante de la sere de laderas del encenillal típico.
Nombres comunes: gaque, chagualo, caucho gaque.
Descripción: árbol (= 20 m) o arbolito (en suelos superficiales). Hojas simples opuestas, grandes (10–20 cm), muy gruesas y coriáceas, obovadas; ápice redondeado, borde ligeramente revoluto; ligeramente dorsiventrales (envés marcadamente más claro); nerviación secundaria inconspicua. Látex amarillo rápido en puntos. Tronco anillado oscuro. Tendencia monopódica. Ramas quebradizas. Raíces adventicias (cuelgan de las ramas bajas) y alguras fúlcreas (zancos) pudiendo convertirse en nuevos pies, formando manchones clonales (como un árbol con varios troncos unidos por las ramas). Dioico (árbol macho y árbol hembra aparte). Flores grandes con seis pétalos gruesos. Los frutos al abrir se asemejan a estrellas amarillas de seis brazos, sobre los cuales se ven las pequeñas semillas envueltas en un arilo rojo vermiforme.
Posición ambiental: 2800–3300 msnm. Requiere una curiosa combinación de suelos muy bien drenados (alta exigencia respiratoria de las raíces) pero humedad alta y permanente; circunstancia que se da extensamente en las laderas de suelos ligeros sobre las rocas acuíferas de la Formación Guadalupe. Frecuente rupestre, sobre puntos de exurgencia freática o abrigos microclimáticos húmedos. Gran afinidad por los boquerones y pasos de niebla. Frecuente en rastrojos atmosféricamente húmedos en pendientes de moderadas a fuertes. Umbrófila moderada, soporta alta radiación si cuenta con humedad atmosférica. Es favorecida por la facilitación del matorral y rastrojo bajo. Subdominante del encenillal y de sus transiciones a otros tipos de bosque. Frecuente ecotonal.
Posición sucesional: inductor preclimácico tardiseral. Alcanza su óptimo en el preclímax del encenillal, manteniéndose como subordinada frecuente en el encenillal maduro.
Conformando parte del encenillal en bosques altos de ladera o bosques altos perhúmedos en donde abunda Chusquea scandens. Gracias a su agresiva propagación vegetativa C. multiflora forma característicos manchones casi puros y muy densos, los cuales comienzan a formarse sobre los matorrales y se conservan hasta que el rodal alcanza el estadio de bosque mediano. Puesto que se encuentran bosques medianos de C. multiflora pero no bosques altos, puede pensarse que su nicho se ve gradualmente reducido después de aquél estadio. En los bosques altos más jóvenes domina W. tomentosa y dispersos se hallan individuos seniles de C. multiflora, los cuales pueden considerarse árboles del pasado sucesional. Hacia el ecotono de estos bosques altos son muy frecuentes Clusia multiflora y Cavendishia cordifolia lo cual puede señalar el desplazamiento centrífugo de sus nichos y poblaciones con el avance de la sucesión a la etapa fisonómica de bosque alto.
Los individuos adultos clonan mediante raíces adventicias que descienden de las ramas hasta el suelo convirtiéndose en nuevos troncos. Esta reproducción vegetativa es más activa en atmósferas húmedas (favorables a la emisión de raíces adventicias) donde se forman grandes parches clonales a manera de densas arcadas.
Produce un denso sombreado, lo que la hace una importante dinamizadora de los rastrojos bajos y altos, así como una valiosa piroclástica en matorrales pirófilos. Es también importante como ornitócora, ejerciendo gran atracción sobre los dispersores.
Aplicación: prevención de incendios forestales, en franjas y núcleos de piroclásticas. Corredores ornitócoros. Inducción del encenillal sobre subclímax de subpáramo secundario. Estabilización de taludes y escarpes. Protección de nacederos en laderas.
Otros usos: el látex es utilizado para tintura de lanas, como cicatrizante y purgante, también se utiliza como incienso y presenta un aroma similar al de la mirra. Su madera es utilizada en ebanistería. Muy valiosa como ornamental.
Propagación: se siembra por semilla o por estaca, por acodo también da buen resultado. El árbol es dioico; las semillas deben buscarse en individuos femeninos. Los frutos son globosos y al madurar se abren en forma de estrella amarilla vistosa de seis brazos, sobre cada uno de los cuales están las pequeñas semillas envueltas en una carnosidad roja (como diminutos gusanos) muy apetecidos por las aves. Para anticiparse a las aves es preciso recoger los frutos cerrados cuando se tornan bien amarillentos, secarlos al sol y extraer las semillas. Tratamiento de inmersión 24–48 hs. Siembra en almácigo en surcos a 1 mm de profundidad.
Las experiencias en vivero señalan que al menos los juveniles de esta especie son muy susceptibles a las heladas, lo que claramente excluye su ecesis en subpáramos secundarios secos
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