Función: inductor preclimácico diaseral. Dominante de las seres riparias, de cañadas y de laderas atmosféricamente perhúmedas.
Nombres comunes: chusque, carrizo.
Descripción: similar al bambú; cañas amarillentas delgadas altas y arqueadas, ramificadas y enmarañantes o trepadoras (si hay árboles o peñas cerca). Hojas simples alternas en ramilletes a intervalos sobre los nudos de las cañas. Brácteas con pelos ligeramente urticantes cubriendo los nudos jóvenes. Es fácil de confundir con varias otras especies del mismo género poco o nada trepadoras.
Posición ambiental: 2750–3300 msnm. Típicamente riparia. Exigente en materia orgánica y humedad edáfica. Abundante en cañadas y en laderas atmosférica y edáficamente húmedas. Formadora de la mayoría de los típicos chuscales o carrizales del área. Trepadora facultativa. Estrictamente heliófila.
Posición sucesional: inductor preclimácico diaseral de ambientes perhúmedos. En suelos húmedos aparece como precursor leñoso, directamente sobre la etapa herbácea, donde su biotipo le permite excluir por sombreado a todos los pastos y competir gracias a rizomas más robustos. En ambientes menos húmedos aparece subordinada a otras leñosas (principalmente del cordón de Ericáceas). En los ambientes húmedos domina como principal agente del ascenso del límite superior del bosque en subpáramos húmedos y principal conector de los parches relictuales en expansión. Tiende a formar extensos chuscales, bajo cuya densa sombra pocas especies con capaces de medrar, máxime debido a la fuerte competencia radical. Este subclímax de chuscal se resuelve generalmente por la emergencia de las dominantes del clímax del encenillal. Artificialmente se puede inducir por túnel estrecho. Durante la aproximación del clímax elude el sombreado trepando sobre el dosel en ascenso. Su reproducción es esencialmente vegetativa (por rizomas) y muy agresiva. Floración sincrónica a intervalos multianuales, frecuentemente acompañada de mortandad masiva, tras la cual el bosque queda con muy poco chusque. Es extremadamente resistente al fuego, retoñando rápido y con vigor renovado (al fin y al cabo es un pasto grande).
Aplicación: fundamental en la protección de márgenes y cañadas. Estabilización de taludes y escarpes. Reconexión y expansión de relictos fragmentados. Llenado de bordes de relictos.
Otros usos: las cañas se han usado por siglos en cestería y en construcción (entramado del bareque).
Propagación: por estaca, como los cangres de yuca. Se cortan secciones del rizoma o de la caña (porciones medias, ni del ápice ni de la base) y se ponen a enraizar en bolsas con suelo preparado (abundante materia orgánica) o directamente al sitio de plantación si el suelo es adecuado. |