Función: precursor leñoso de los bosques riparios del límite superior del encenillal en suelos pesados y atmósferas húmedas.
Nombres comunes: nazareno, doradito, sangre ’e toro, sietecueros de páramo.
Descripción: arbusto (= 5 m). Hojas simples opuestas, blandas a cartáceas, curvinervias, elípicas a ovadas; haz oscuro y opaco con tomento corto o glabrescente, envés claro con tomento largo denso, sobre todo en los nervios y curvado hacia delante. Flores grandes (5–7 cm), color rojo sangre a vinotinto, abiertas de pétalos contortos obovados. Frutos en forma de cápsulas, como todos los siete cueros.
Posición ambiental: 3000–3250 msnm. Suelos pesados. Cañadas y márgenes de quebradas, pies de ladera. Riparia y frecuente ruderal. Matorrales y rastrojos bajos de las márgenes de las quebradas en los subpáramos y en zonas severamente alteradas del límite superior del encenillal. Frecuentemente asociada con Vallea stipularis, Drimys granadensis, Ageratina aristeii, Chusquea spp. y Myrcia dugandii, entre otras. Estrictamente heliófila, prefiere posiciones abrigadas del viento.
Posición sucesional: precursor leñoso de los bosques riparios del límite superior del encenillal en suelos pesados y atmósferas húmedas. Puede establecerse sobre pastizales.
Aplicación: restauración de márgenes, nacederos y rondas en subpáramo y franja alta del encenillal. Ornamental, jardinería amable.
Otros usos: melífera importante (para colibríes). Muy ornamental.
Propagación: por semilla. Se recogen las cápsulas cuando están secas y apenas antes de que abran las valvas (hendiduras en el extremo ancho); se secan en el vivero para que abran las valvas y se extraen las semillas (muy finas). Inmersión 48 hs (en un plato pando con poco agua). Siembra en sustrato ligero, cubierto con una capa fina de musgo. |