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Entre los objetivos
que se persiguen en educación resultan fundamentales los de desarrollar
en las personas capacidades para la vida en sociedad y en armonía con
el medio ambiente. Consecuentemente, los contenidos del programa propuesto
se orientan en esa dirección. Sin embargo, conviene considerar que, siendo
los contenidos elementos fundamentales para el proceso de enseñanza -
aprendizaje, las posibilidades educativas no se agotan en ellos.
La educación ambiental
al irse constituyendo en objetivo a alcanzar, se hace presente en las
distintas fases de definición de la acción que emprende la escuela: El
PEI, el Proyecto Curricular, las Programaciones de Aula y el
PRAE. Ello significa que, a lo largo de este recorrido, es conveniente
que sea debatida y consensuada por todos los integrantes de la comunidad
educativa.
En el ámbito extraescolar,
funciona de manera similar, iluminando los proyectos y programas de modo
que se hace presente en todos y cada uno de sus pasos, y dota de sentido
y coherencia a los distintos elementos que configuran el currículo.
La educación ambiental
entendida como un tema transversal, viene a desarrollarse dentro de las
áreas curriculares redimensionándolas en una doble perspectiva: acercándolas
y contextualizándolas en ámbitos relacionados con la realidad y con los
problemas del mundo contemporáneo y, a la vez, dotándolas de un valor
funcional o de aplicación inmediata respecto a la posible transformación
de esa realidad y de esos problemas.
Es de resaltar que
la educación ambiental requiere de un manejo especial en tanto que :
- No puede plantearse
como programa paralelo al resto del desarrollo del currículo.
- Resulta nuclear
para las intenciones que el sistema ha establecido.
- Trasciende el estricto
marco curricular y debe impregnar la totalidad de las actividades.
Podemos reconocer
la educación ambiental como uno de estos temas transversales, por cuanto:
- No aparece asociada
a alguna área de conocimientos concreta, sino a todas ellas en general.
- Se presenta como
un movimiento innovador cuyos principios afectan al sistema educativo.
- Gira en torno a
problemas que afectan al sistema educativo y el sistema social en su
conjunto, en la medida en que estos se relacionan con otros sistemas
(ecológicos, económicos, etc.).
La educación ambiental
se orienta no sólo a la comprensión y correcta interpretación de las cuestiones
ambientales, sino también a la necesidad de que los estudiantes desarrollen
valores acordes con tales planteamientos y elaboren propuestas alternativas
orientadas a la toma de decisiones.
Ello significa que
la educación ambiental debe estar presente en todo el proceso de desarrollo
curricular, no sólo en los contenidos, sino fundamentalmente como una
dimensión que, tomando como referente el currículo oficial y habiéndose
explicitado ya en el Proyecto Educativo, alcanza posteriormente a la totalidad
del currículo en el desarrollo del Proyecto Ambiental Escolar. Verdaderamente
lo que viene a significar es una nueva perspectiva que orienta en profundidad
el acto de educar y sus referentes. La educación ambiental plantea la
necesidad de que la comunidad educativa incorpore sus principios en todas
y cada una de las fases del desarrollo curricular, tanto a nivel de objetivos
como de contenidos o de metodología. Del mismo modo, los principios de
la educación ambiental se extienden en contenidos de varias disciplinas,
por lo que sólo pueden ser abordados desde un enfoque globalizador e interdisciplinario.
Ello plantea al profesorado un esfuerzo de encuentro sobre centros de
interés ambientales (conflictos del entorno, innovaciones científicas
que afectan al medio ambiente, entre otros).
Finalmente, parece
oportuno apuntar la necesidad de formación del profesorado para trabajar
desde esta óptica educativa, que supone un fuerte replanteamiento de muchos
de los modos de hacer tradicionales. Resulta benéfico y productivo llevar
a cabo la educación ambiental partiendo siempre de los intereses y necesidades
del estudiante, atrapando así su atención y logrando en él
resultados sorprendentes. De esta manera el estudiante percibirá el mundo
como un todo en donde él, como actor principal, se preocupa por
descubrirlo, conocerlo, preservarlo y aprovecharlo al máximo. La necesaria
modificación de comportamientos, incluyendo el desarrollo de valores y
actitudes, no podrá conseguirse mediante la enseñanza de un tema nuevo
ni de una nueva disciplina, ni tampoco en un corto periodo del tiempo.
Necesitará que se produzca una atmósfera educativa tanto dentro
como fuera de la escuela, que empiece en la educación preescolar y termine
en la universitaria. La mejor y más eficaz manera de conseguirlo
es hacer que el medio ambiente escolar constituya un ejemplo de cómo debe
ser el medio ambiente y cómo protegerlo, mejorarlo y hacerlo más
saludable. Este enfoque, unido a la existencia de una relación orgánica
entre educación escolar y extra escolar, fomenta la generación de ciudadanos
conscientes de mantener un medio ambiente más sano para la humanidad,
reflejado en el aumento significativo de la calidad de vida de la comunidad.
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